martes, 24 de marzo de 2015

ADOLF LOOS


 



“Vivimos en una época bella, tan bella que no me gustaría vivir en ninguna otra”.

Adolf Loos

Se le considera el precursor revolucionario de muchas teorías materializadas posteriormente por los maestros del Movimiento Moderno, y en esa misma línea por los minimalistas.
En otro orden de ideas, su crítica a los valores de la arquitectura quedó plasmada en su clásico ensayo y polémica ponencia, “Ornamento y delito”, de 1908, considerado por los minimalistas de hoy como un referente para toda discusión sobre la arquitectura y el punto de partida de su movimiento. La Casa Steiner, de Viena, en 1910, un edificio cúbico liso, despojado de todo adorno, es también objeto de veneración y una de las primeras viviendas construidas mediante concreto armado. Es un reflejo exacto de sus ideas simplificadoras.
Fue el pionero del movimiento moderno que preconizaba la desornamentación y la ruptura con el historicismo, siendo considerado uno de los precursores del racionalismo arquitectónico. A raíz de sus postulados, polemizó con los modernistas, que formaban la denominada Secesión de Viena y que sostenían un punto de vista antagónico de la arquitectura. Estuvo en contacto con las vanguardias artísticas europeas de la época, como Schönberg, Kokoschka y Tristan Tzara.

Su arquitectura es funcional, y tiene en cuenta las calidades de los nuevos materiales. Para Loos, la arquitectura es distinta de las artes aplicadas, es la madre de todas ellas; el resto de las tipologías arquitectónicas deben ser funcionales, y prescindir de ornamentación.

Introdujo un nuevo concepto en sus obras, el "Raumplan". El concepto del Raumplan consiste en que Loos adjudicaba a cada una de las habitaciones, a cada uno de los espacios, una importancia distinta. Afirmaba que un dormitorio, por ejemplo, no tiene la misma importancia que una sala de estar, que es un espacio de representación. De la importancia de las habitaciones dependía su tamaño o la altura del techo. Loos situó los cuartos a lo largo de un eje imaginario en la casa como si rodaran en una espiral. Cada habitación correspondía a los fines a los que debía servir. Así, la sala de estar, donde tienen lugar las actividades sociales, es un inmenso y precioso espacio. Al contrario, el dormitorio de los niños pertenece a la parte privada de la casa, y por lo tanto no necesita unos techos de tres metros.
 
 
 
 
 
 
La antigua Sastrería Goldman&Salatsch, fue construido entre 1910 y 1911, constituye actualmente la sede de un banco, se encuentra ubicado en la Michaelerplatz, en Viena, situado frente Hofburg, el palacio de los Habsburgo, con el que establece una lucha visual. Sus tres primeros pisos están recubiertos con mármol – la zona comercial de la sastrería-, y en los siguientes se da una fachada completamente lisa. Es un buen ejemplo de desornamentación.
 
 
 
 

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