“Vivimos en una época bella, tan
bella que no me gustaría vivir en ninguna otra”.
Adolf Loos
Se le considera el precursor
revolucionario de muchas teorías materializadas posteriormente por los maestros
del Movimiento Moderno, y en esa misma línea por los minimalistas.
En otro orden de ideas, su
crítica a los valores de la arquitectura quedó plasmada en su clásico ensayo y polémica
ponencia, “Ornamento y delito”, de 1908, considerado por los minimalistas de
hoy como un referente para toda discusión sobre la arquitectura y el punto de
partida de su movimiento. La Casa Steiner, de Viena, en 1910, un edificio
cúbico liso, despojado de todo adorno, es también objeto de veneración y una de
las primeras viviendas construidas mediante concreto armado. Es un reflejo exacto
de sus ideas simplificadoras.
Fue el pionero del movimiento
moderno que preconizaba la desornamentación y la ruptura con el historicismo,
siendo considerado uno de los precursores del racionalismo arquitectónico. A
raíz de sus postulados, polemizó con los modernistas, que formaban la
denominada Secesión de Viena y que sostenían un punto de vista antagónico de la
arquitectura. Estuvo en contacto con las vanguardias artísticas europeas de la
época, como Schönberg, Kokoschka y Tristan Tzara.
Su arquitectura es funcional, y
tiene en cuenta las calidades de los nuevos materiales. Para Loos, la
arquitectura es distinta de las artes aplicadas, es la madre de todas ellas; el
resto de las tipologías arquitectónicas deben ser funcionales, y prescindir de
ornamentación.
Introdujo un nuevo concepto en
sus obras, el "Raumplan". El concepto del Raumplan consiste en que
Loos adjudicaba a cada una de las habitaciones, a cada uno de los espacios, una
importancia distinta. Afirmaba que un dormitorio, por ejemplo, no tiene la
misma importancia que una sala de estar, que es un espacio de representación.
De la importancia de las habitaciones dependía su tamaño o la altura del techo.
Loos situó los cuartos a lo largo de un eje imaginario en la casa como si
rodaran en una espiral. Cada habitación correspondía a los fines a los que
debía servir. Así, la sala de estar, donde tienen lugar las actividades
sociales, es un inmenso y precioso espacio. Al contrario, el dormitorio de los
niños pertenece a la parte privada de la casa, y por lo tanto no necesita unos
techos de tres metros.
La antigua Sastrería
Goldman&Salatsch, fue construido entre 1910 y 1911, constituye actualmente
la sede de un banco, se encuentra ubicado en la Michaelerplatz, en Viena,
situado frente Hofburg, el palacio de los Habsburgo, con el que establece una
lucha visual. Sus tres primeros pisos están recubiertos con mármol – la zona comercial
de la sastrería-, y en los siguientes se da una fachada completamente lisa. Es
un buen ejemplo de desornamentación.
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